Ni eso te regalo

Ahí está. Abierta. Brillante. Tan cerca… y tan lejos de ti. Te has portado bien. Has esperado. Has bajado la mirada como te enseñé. Y aún así, no. No te lo has ganado. Te dejaré mirarla, sí. Te dejaré sufrir con la esperanza de que mis dedos se inclinen, de que mis piernas se separen, de que mi voz te diga “ven”. Pero no lo haré. Te sentarás ahí, ardiendo, imaginando cómo habría sido si… Y yo, desde aquí arriba, seguiré jugando con tus ganas como si fueran un juguete roto. Porque ni la liberación… Ni siquiera la vergüenza de suplicarme… te las has merecido hoy.

Lady Lis

5/4/20251 min read

Piernas enredadas en red. Una jaula vacía a mis pies. Pero tú… seguirás encerrado.